DIOSES...

Hay esta cosa que ocurre cuando la gente descubre que eres enfermera. Dejan de verte como a una persona y comienzan a verte como algo más grande de lo que eres.

Tienen que vernos de ese modo, como una especie de dioses. Sino, somos como cualquier otra persona. Inseguros, imperfectos, normales.

Así que somos fuertes, permanecemos estoicos. Ocultamos el hecho de que todos somos humanos.

Los pacientes nos ven como sus dioses, o nos ven como monstruos. Pero el hecho es que sólo somos personas. La cagamos, nos desesperamos, perdemos el rumbo.

Incluso los mejores de nosotros tienen días malos. Aun así, seguimos adelante.

No nos dormimos en los laureles o celebramos las vidas que salvamos en el pasado. Porque siempre hay otro paciente que necesita nuestra ayuda.

Así que nos vemos forzados a seguir intentándolo, a seguir aprendiendo. Con la esperanza de que quizás, algún día nos acerquemos un poco más a los dioses que nuestros pacientes necesitan que seamos…