Vamos por la vida chocandonos contra lo que se nos pone por delante, astillando, rompiendo, hiriéndonos a nosotros mismos y a los demás.
El problema es hallar la forma de controlar el daño que hemos hecho o que nos han hecho.
A veces, el daño nos coge por sorpresa.
A veces, creemos que podemos repararlo.
A veces, ni siquiera vemos los daños.
Todos estamos heridos, algunos más que otros. Llevamos el dolor a cuesta desde la infancia y cuando crecemos, lo llevamos lo mejor que podemos.
Al final todos hacemos daño. Y luego intentamos repararlo lo mejor que podemos.
Pero sin duda alguna, el mérito más grande es poder hacer daño y no hacerlo ...
2 comentarios:
Créeme que no hay nada peor que, el que alguien te haga daño y ni tan solo quiera repararlo, no hay nada peor que ver que han hecho daño y pague quien menos culpa tiene, no hay nada peor que sin haber hecho daño te crucifiquen y no te den la oportunidad de repararlo, no hay nada peor que no hacer daño y que el resto del mundo piensen que lo has hecho, porque al final todo ese daño que tu no has hecho se vuelve en tu contra y se vuelve el peor castigo del mundo, es algo así como sentar en la silla eléctrica a alguien que es inocente, por eso hay que primero escuchar , juzgar si ese daño es real y si lo es entonces actuar. Pero nadie de culpable mientras no se demuestre lo contrario. A mi me hicieron mucho daño porque pensaban que yo lo había hecho y lo cierto es que es horrible vivir con esa carga.Hay veces en que vemos que nos hancen daño y no vemos el que nosotros hacemos.
Un saludo.
Aunque resulte muy dificil debemos intentar de todas las maneras no hacer daño. Pero lo mas importante es intentar perdonar a aquellos que nos lo hacen, sin el perdon las viejas heridas nunca logran curarse ...
hasta otra :)
Publicar un comentario